Nos encontramos con un recibidor sin luz natural y con una salón que tenía una luz espectacular y eso, teníamos que aprovecharlo.
Sustituimos el tabique de ladrillo por una pared de cristal y unas puertas correderas, también en cristal transparente.
Con los muebles estrictamente necesarios para no saturar el espacio, colores neutros y texturas acogedoras, conseguimos que el estilo clásico se suavizara y actualizara.
Una vivienda con un estilo «clásico-renovado» que gusta y mucho!